martes, 21 de septiembre de 2010

Tipos de Videojuegos Por Carlos baltazar valencia

Tipos de videojuegos
El mercado de los videojuegos está en constante ebullición; prácticamente
cada mes aparecen novedades, cada vez más sofisticadas y que ofrecen
mayores posibilidades al jugador. Por ello, resulta difícil realizar una
clasificación de los videojuegos sin riesgo de dejar fuera a algunos de ellos. En
cualquier caso, sin ningún ánimo de ser exhaustivo y dado que pueden
observarse ciertas características comunes, optaremos por utilizar la siguiente
clasificación elaborada con las distintas propuestas existentes en la bibliografía.
Juegos de Arcade
o Plataformas
o Laberintos
o Deportivos
o “Dispara y olvida”
Juegos de simulación
o Simuladores instrumentales
o Simuladores deportivos
o “Simuladores de Dios”
Juegos de estrategia
o Aventuras gráficas
o Juegos de Rol
Juegos de mesa
Analicemos con un poco más de detalle cada uno de estos tipos.

2.2. Juegos de simulación
Con estos juegos podemos dirigir determinadas situaciones o tomar el mando
de aparatos con las más sofisticadas tecnologías, simulando que nos
encontramos en dichos contextos.
Se caracterizan porque el tiempo de respuesta no tiene demasiada importancia
y los estímulos recibidos no suelen ser tan abundantes, por lo que el ritmo de
juego es mucho más pausado. Por el contrario, requieren la puesta en práctica
de estrategias variadas y, en ocasiones, muy complejas. Son necesarios
conocimientos muy precisos, por ejemplo el manejo de complicados aparatos.
Las partidas son de larga duración ocupando varias sesiones, por lo que se
puede guardar lo realizado en cada una de ellas.
Podemos distinguir hasta tres subcategorías.
Simuladores instrumentales: Por ejemplo los que reproducen la cabina de un
avión cuyos mandos debe accionar el jugador para guiar con la máxima
destreza posible la aeronave. El más conocido sería el Fligh Simulator.
Simuladores deportivos: Juegos cuya temática es deportiva y tienen un alto
grado de realismo y complejidad. Toda la serie Fifa2000 y pico pertenecería a
esta subcategoría.
“Simuladores de Dios”: El jugador asume el papel de un personaje sobrenatural
o de varios personajes simultáneamente. Toda la serie The Sims entraría
dentro de este apartado.
2.3. Juegos de estrategia
Adoptando una determinada identidad protagonista, el jugador debe obtener la
victoria final mediante la superación de las más variadas pruebas. Dentro de
esta categoría podríamos distinguir hasta tres subcategorías.
Aventuras gráficas: el jugador es el personaje protagonista y debe superar
determinada misión, lo que le llevará a vencer en innumerables retos y a
derrotar a los más variados enemigos. En ocasiones los personajes provienen
del cine o la literatura, aunque últimamente suele ser al revés: primero triunfan
en el videojuego y luego dan el salto al papel o a la pantalla gigante.


Videojuegos y adicción
Al igual que ocurre con la violencia, la posibilidad de que los chicos acaben
siendo adictos a los videojuegos ha sido noticia destacada en los más variados
medios de comunicación; lo que, sin duda, ha conducido a que muchos padres
y madres piensen que se trata de una de las principales amenazas para sus
retoños. Sin embargo, las investigaciones al respecto cuestionan con bastante
rotundidad la existencia de datos fiables que hagan suponer trastornos
adictivos en la inmensa mayoría de las personas que juegan con estos
productos.
La prueba más evidente de la anterior afirmación es que tras más de dos
décadas jugando con ellos, no existen afectados por este supuesto síndrome
adictivo. O si los hay, su porcentaje es despreciable frente al de las personas
que habiendo consumido este tipo de productos son hoy en día adultos
absolutamente normales.
Lo que es indudable es que esta actividad lúdica suele demandar una
importante cantidad de tiempo, lo que puede conducir al abuso, y este abuso
puede confundirse con la adicción. Pero, para que pudiéramos catalogar a un
individuo como adicto deberían derivarse del consumo de este entretenimiento
digital una serie de consecuencias negativas que hasta el momento no han
podido establecerse. Por ejemplo: optimismo irracional, pensamiento mágico,
sentimientos de culpa, autocompasión y síndrome de abstinencia.
Por otro lado, lo habitual es que el abuso de esta actividad ocurra durante los
primeros días tras la adquisición del videojuego, y tras este periodo inicial el
jugador se sitúa en unos niveles de uso normales. Esto es así por la propia
dinámica del producto, al principio todo son novedades, niveles de dificultad
creciente que a medida que se van superando reducen su interés, pero que las
primeras veces introducen un importante estímulo para perseverar en el juego

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